¡El Señor es rey! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las costas más remotas!
Oscuros nubarrones lo rodean; la rectitud y la justicia son la base de su trono.
El fuego va delante de él y consume a los adversarios que lo rodean.
Sus relámpagos iluminan el mundo; al verlos, la tierra se estremece.
Ante el Señor , dueño de toda la tierra, las montañas se derriten como cera.
Los cielos proclaman su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.
Sean avergonzados todos los idólatras, los que se jactan de sus ídolos inútiles. ¡Póstrense ante él todos los dioses!
Señor , por causa de tus juicios Sión escucha esto y se alegra, y las ciudades de Judá se regocijan.
Porque tú eres el Señor Altísimo, por encima de toda la tierra. ¡Tú estás muy por encima de todos los dioses!
El Señor ama a los que odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos.
La luz se esparce sobre los justos, y la alegría sobre los rectos de corazón.
Alégrense en el Señor , ustedes los justos, y alaben su santo nombre.
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