En su participación de hoy, el representante de China, Fu Cong, se limitó a mencionar a las afganas para decir que es necesario “reconstruir el país, acabar con la inestabilidad y proteger los derechos de todos, incluyendo mujeres”.
Por su parte, el representante ruso, Vasili Nebenzia, afirmó que su país sigue “muy de cerca las novedades en cuanto a derechos y libertades de todos los afganos, incluyendo mujeres y niñas, teniendo en cuenta las últimas prohibiciones” hechas por los talibanes.
Medidas restrictivas de los talibanes a las afganas
Pero destacó que “en vez de buscar soluciones, (los países de occidente) siguen dictando condiciones para otorgar la ayuda humanitaria destinada a todos los afganos, entre los que se encuentran las mujeres y niños sobre cuyo destino hablan con tanto ardor”, pero en lugar de eso aplican “sanciones económicas unilaterales que han creado una catástrofe humanitaria y económica”.
Ambos países ya se negaron el pasado septiembre a suscribir un comunicado del Consejo de Seguridad que condenaba al régimen talibán por sus nuevas medidas restrictivas contra las mujeres afganas.
La sesión de hoy giró en torno al informe del pasado 6 de diciembre del secretario general, António Guterres, sobre la situación en Afganistán y sus implicaciones en la paz y la seguridad internacional.
Tema central
La mayoría de miembros del Consejo tuvieron como eje de sus intervenciones en las represiones contra la mujer, especialmente en la reciente prohibición de que estudien medicina y otras carreras sanitarias, y también expresaron su preocupación por el poder de los grupos terroristas en el país y la necesidad de ofrecer ayuda humanitaria.
La representante especial del secretario general de la ONU para Afganistán, Roza Otunbayeva, subrayó en su intervención que el hecho de que las afganas no puedan estudiar medicina ni enfermería tendrá “implicaciones mortales para ellas pero también para el país entero”, pues se le negará “un sistema de salud funcional abierto para todos”.
Por su parte, la actual presidenta del Consejo de Seguridad, la estadounidense Linda Thomas Greenfield, destacó que la prohibición de que los médicos hombres puedan tratar a las afganas es “ilógica y puede ser una sentencia de muerte para mujeres y niñas afganas que necesitan tratamientos médicos vitales”.
23 millones necesitan asistencia
“Esto no es algo cultural ni religioso, es inconcebible, enfermizo y cruel. Los talibanes están sentenciando a las mujeres que les dieron la vida, a sus hermanas, esposas e hijas, a que mueran ante sus propios ojos si están enfermas”, aseveró.
Más de 23 millones de afganos necesitan asistencia humanitaria y más de 40 millones se enfrenta a una grave inseguridad alimentaria, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
FUENTE/ EFE
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