Dormir es tan esencial para la supervivencia y el bienestar de los seres humano como la comida y el agua. El sueño influye en casi todos los aspectos del organismo, porque afecta al cerebro, el corazón y los pulmones, así como al metabolismo, el estado de ánimo y el sistema inmunitario. La salud física, emocional y mental depende, en parte, de un buen sueño.
Sin embargo, hoy casi un tercio de la población no puede dormir dentro del rango recomendado de entre 7 a 9 horas por la noche. Se descubrió que el 31% de los adultos duerme menos tiempo del recomendado por los especialistas en medicina del sueño.
El hallazgo surge a partir de un estudio global con más de 67.000 participantes. Fue publicado en la revista Sleep Health y realizado por investigadores de Australia y Francia. Usaron un sensor instalado en los colchones de los participantes.
Reveló que sólo el 15% de las personas dormían las 7-9 horas recomendadas durante cinco o más noches a la semana. Entre los que alcanzaron una media de 7-9 horas por noche durante el período de seguimiento de nueve meses, alrededor del 40% de las noches se salían del intervalo ideal.
“Esto es crucial, porque no dormir lo suficiente -o posiblemente dormir demasiado- se asocia a efectos nocivos, y apenas nos estamos dando cuenta de las consecuencias del sueño irregular”, afirmó la doctora Hannah Scott, investigadora de la Universidad Flinders y primera autora del trabajo.
En diálogo con Infobae, el doctor Daniel Pérez-Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral y presidente de la Fundación Argentina del Sueño, destacó: “Si bien ya sabemos que se han reducido las horas dedicadas al sueño, el nuevo estudio se hizo con una gran cantidad de participantes que fueron evaluados en sus hogares, a través de sensores de posición en sus colchones. Se identificó que hay irregularidad en los horarios de sueño -es decir, dormirse a la misma hora todos los días- y eso conspira contra la consolidación de un sueño eficaz”.
Qué le pasa al cuerpo cuando no duerme bien
Cuando no se duerme lo suficiente, se sufre privación del sueño. La falta de sueño puede afectar tanto si duerme mal una noche como si duerme poco de forma habitual.
A corto plazo, la falta de sueño afecta el estado de ánimo, el juicio y la capacidad de concentración. Si no se duerme bien, se tener dificultad para recordar cosas y ser más propenso a cometer errores en actividades escolares o laborales.
A largo plazo, la falta de sueño se asocia a problemas crónicos de salud como diabetes, hipertensión, ataques cerebrovasculares, obesidad, depresión y enfermedades cardíacas y renales. La falta de sueño también aumenta el riesgo de sufrir lesiones, como accidentes de tráfico.
Dormir menos de seis horas de promedio por noche se asocia a un mayor riesgo de mortalidad y a múltiples afecciones, como hipertensión, obesidad y cardiopatías. Dormir menos de 7 horas y más de 9 horas al día se ha relacionado con una salud y un bienestar adversos, incluidos déficits digestivos y neuroconductuales.
Qué detectó el estudio del sueño
“Está claro que conseguir el intervalo de duración del sueño recomendado con frecuencia es un reto para muchas personas, especialmente durante la semana laboral”, resaltó Scott.
El grupo de investigación de Flinders utilizó datos de seguimiento del sueño recolectados por un sensor situado bajo el colchón para examinar las duraciones del sueño durante el período de 9 meses en casi 68.000 adultos de todo el mundo.
La muestra estaba formada por 67.254 adultos (52.523 hombres, 14.731 mujeres), principalmente de Europa y América del Norte, que tuvieron el sensor bajo su colchón.
En general, las mujeres durmieron más que los hombres, y las personas de mediana edad duraron menos que los jóvenes o los mayores.
“Sobre la base de estos resultados, la salud pública y los esfuerzos de promoción deben apoyar a la comunidad y a las personas para que duerman con más regularidad dentro de los límites recomendados para su edad”, afirma el coautor, el profesor Danny Eckert, investigador principal del Consejo Nacional Australiano de Salud e Investigación Médica (NHMRC) y director de investigación en Salud del Sueño de la Universidad Flinders.
“También tenemos que ayudar a la gente a resolver las dificultades crónicas del sueño y animar a todas las personas a hacer del sueño una prioridad”, subrayó Eckert.
Qué hacer para tener un buen sueño
Los consejos de los investigadores para conseguir un sueño reparador son:
- A corto plazo, se aconseja a las personas que intenten mantener un horario de sueño que les permita sentirse suficientemente descansadas, con la mayor frecuencia posible. Mantener una hora fija para levantarse, incluso los fines de semana, y acostarse cuando se sienta somnoliento le ayudará a asegurarse de que con frecuencia tiene suficiente sueño reparador.
- Si no se puede mantener un horario de sueño constante debido a compromisos inevitables (por ejemplo, trabajo por turnos), se recomienda recuperar el sueño perdido.
- Si siente somnolencia diurna, fatiga, dificultad para mantener la concentración, mala memoria y posibilidad de cometer errores al conducir, pueden ser síntomas de sueño insuficiente. Esto puede deberse a que no se duerme lo suficiente o a que el sueño no es lo suficientemente reparador debido a la mala calidad, como ocurre, por ejemplo, con la apnea obstructiva del sueño.
Las personas que creen que no duermen lo suficiente, sobre todo las que duermen menos de siete horas, podrían comprobar si un horario de sueño más largo o las siestas les ayudan a dormir más y a sentirse más descansadas.
Cómo se realiza la higiene del sueño
Para quienes no padecen trastornos del sueño, puede ser beneficioso seguir una buena higiene del sueño. Deberían evitar el consumo de cafeína (que está en el café o el mate) y el alcohol por la tarde. También deberían reducir el consumo de cafeína y alcohol a lo largo del día, y/o evitar una comida copiosa cerca de la hora de acostarse. Esas recomendaciones pueden ayudar a conciliar el sueño más rápidamente y a dormir durante más tiempo por la noche.
Si le preocupa los problemas del sueño, lo primero que se debe hacer es la consulta al médico de cabecera. Existen opciones de tratamiento para diversos trastornos del sueño, como la apnea del sueño y el insomnio. Cuando se diagnostican, los pacientes pueden ser derivados a profesionales especialistas del sueño.
EFE
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