Israel advirtió que la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza continuará “a lo largo” de 2024, después de una Nochevieja marcada por incesantes ataques al territorio palestino asediado y lanzamientos de cohetes contra Tel Aviv.
Casi tres meses después del inicio de la guerra, desencadenada tras un ataque lanzado el 7 de octubre por el movimiento islamista palestino Hamás en Israel, el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, anunció el domingo por la noche a las tropas que algunos reservistas harían una pausa para prepararse para “combates prolongados”.
El ejército “debe planificar con anticipación, ya que se nos pedirá que realicemos tareas y combates adicionales a lo largo de este año”, señaló.
Israel prometió destruir a Hamás tras el ataque perpetrado en su suelo desde Gaza por comandos de esta organización catalogada como “terrorista” por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea. Este ataque dejó alrededor de 1.140 muertos, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en las últimas cifras oficiales israelíes.
El grupo islamista tomó también unos 250 rehenes, la mayoría de los cuales siguen cautivos en Gaza, según Israel.
En respuesta, el Estado hebreo lanzó una devastadora ofensiva en Gaza, que ha dejado hasta ahora 21.978 muertos, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, según cifras de Hamás, que gobierna la Franja.
La guerra aún durará durante “numerosos meses”, advirtió la semana pasada el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El ministro de Seguridad Interior, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, pidió este lunes un retorno de los colonos israelíes en Gaza después del conflicto e “invitó” a la población palestina a emigrar fuera de la Franja. Unas declaraciones parecidas a las que hizo el domingo otro ministro del ala dura del ejecutivo.
En el marco de la política interna israelí, el Tribunal Supremo infligió un duro revés al gobierno de Netanyahu al invalidar una medida clave de la controvertida reforma judicial, que había provocado una oleada de protestas entre enero y septiembre en Israel.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, criticó que el Supremo tomara esta medida en plena guerra, “lo que va en contra de la unidad necesaria en estos días para el éxito de nuestros combatientes en el frente”.
Un corresponsal de la AFP reportó disparos de artillería y ataques aéreos contra las ciudades de Rafah y Jan Yunis, en el sur de Gaza, en Nochevieja.
Al menos 24 personas murieron en esos ataques, según el ministerio de Salud de Hamás. De acuerdo a la misma fuente, 15 cuerpos de una misma familia fueron recuperados el lunes bajo escombros de una casa bombardeada el domingo por la noche en Jabaliya, en el norte de Gaza.
“Cada día es como el anterior: bombardeos, muerte y masacres”, lamentó Sami Hamouda, de 64 años, quien dijo que era la casa de su primo la que habían destruido.
También había desolación en Deir al Balah, en el centro de Gaza, donde los habitantes y miembros de los servicios de emergencias intentaban sacar a los heridos de debajo de los escombros.
En varias partes de Israel, las sirenas de alerta sonaron al comenzar 2024. Periodistas de AFP en Tel Aviv presenciaron cuando los sistemas de defensa interceptaron cohetes en el cielo, llevando a algunos juerguistas a correr en busca de protección.
El ejército israelí confirmó el ataque sin dar cuenta de víctimas o daños.
En la asediada Franja de Gaza, donde según la ONU 85% de la población ha sido desplazada y la situación humanitaria es crítica, los bombardeos continúan sin descanso.
“Las condiciones de vida en Gaza resultan desesperantes”, dijo a la AFPTV Mostafa Shennar, un vendedor de café de 43 años, oriundo de la Ciudad de Gaza, pero que se encuentra refugiado en Rafah, en el sur del enclave.
“El año 2023 fue el peor de mi vida”, lamentó Ahmed al Baz, de 33 años, quien tuvo que abandonar su casa en Ciudad de Gaza y vive ahora en un campamento improvisado en Rafah, en el sur del territorio.
El asedio impuesto por Israel dejó a los gazatíes con una escasez de comida, agua, medicamentos y combustible, aliviada solo por camiones de ayuda que entran con cuentagotas. Unos 120 entraron el domingo.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el “épico sufrimiento humano” que enfrentan los civiles palestinos, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió del riesgo de enfermedades infecciosas.
En el otro enclave palestino, en Cisjordania ocupada, la violencia se recrudeció desde octubre y, según la oenegé israelí Yesh Din, las agresiones de los colonos judíos alcanzaron niveles récord, con al menos 10 muertos.
En tanto, mediadores internacionales continúan los esfuerzos por alcanzar una nueva pausa en la guerra.
Una delegación de Hamás visitó El Cairo el viernes para discutir un plan egipcio de treguas renovables, liberación escalonada de rehenes a cambio de la liberación de presos palestinos, y el fin de la guerra, indicaron fuentes cercanas a Hamás.
El conflicto también acentuó las tensiones en Oriente Medio, tanto en la frontera entre Israel y Líbano como en el mar Rojo.
Una embarcación iraní entró este lunes en esa zona marítima, donde los rebeldes hutíes de Yemen, afines a Irán, multiplicaron los disparos contra barcos comerciales vinculados a Israel.
Estados Unidos, junto con otros países occidentales, patrulla por esa zona para proteger el tráfico comercial y los intereses israelíes.
EFE
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