Franja de Gaza (AP). — Israel enfrentó hoy la presión de algunos de sus aliados más cercanos por la difícil situación de los civiles en Gaza, donde miles de personas huían a pie del norte del enclave debido a la escasez de alimentos y agua y al temor a la aproximación de las fuerzas israelíes.
Más del 70% de los 2,3 millones de habitantes del asediado enclave han huido ya de sus hogares, pero la cantidad de personas que se dirige al sur ha aumentado recientemente mientras las tropas israelíes pelean contra los combatientes de Hamás dentro de Ciudad de Gaza y la situación humanitaria empeora cada vez más.
El Grupo de los Siete, los países más ricos, anunció una postura unificada en torno a la guerra tras intensas reuniones en Tokio. El G7 condenó a Hamás y respaldó el derecho de Israel de defenderse. Pero el G7 también hizo un llamado el miércoles para que no se obstaculice el suministro de alimentos, agua, medicinas y combustible, y que se hagan “pausas humanitarias” en los combates.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dejado abierta la posibilidad de pequeñas pausas para entregar ayuda humanitaria, pero ha descartado un cese del fuego a menos que todos los rehenes sean liberados.
No se ve un fin a la vista de la guerra provocada por el mortífero ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre.
Israel ha dicho que la guerra será larga y difícil y que mantendrá algún tipo de control sobre el enclave de forma indefinida, aunque el cómo va a lograr eso sigue siendo algo incierto. El respaldo a la guerra sigue siendo fuerte dentro de Israel, donde la atención se ha centrado en la situación de los más de 240 rehenes tomados por Hamás y otros grupos insurgentes.
Unas 15.000 personas huyeron del norte de Gaza el martes —el triple que el lunes— de acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Utilizan la principal autopista que une el norte y el sur del enclave durante el plazo de cuatro horas diarias anunciado por Israel.
Entre quienes se marchan hay niños, ancianos y discapacitados, y la mayoría lleva consigo muy pocas pertenencias, dijo la agencia. Algunos dicen que tuvieron que cruzar puestos de control israelíes, donde vieron cómo detenían a personas, mientras que otros levantaban las manos e izaban banderas blancas al pasar junto a los tanques israelíes.
Cientos de camiones con ayuda han podido ingresar a Gaza de Egipto desde el 21 de octubre. Pero los trabajadores humanitarios dijeron que no es suficiente.
“Hay un océano de necesidades en Gaza ahora mismo, y lo que ha estado entrando es una gota en el océano. Necesitamos combustible, necesitamos agua, necesitamos alimentos, necesitamos suministros médicos”, dijo Dominic Allen, del Fondo de Población de la ONU, desde Cisjordania.
Los residentes reportaron fuertes explosiones durante toda la madrugada del miércoles en Ciudad de Gaza y en el campo de refugiados de Shati, que alberga a familias palestinas que huyeron o fueron expulsadas de lo que hoy es Israel durante la guerra de 1948.
“Los bombardeos son intensos y están cerca”, indicó Mohamed Abed, quien vive en Ciudad de Gaza.
El principal portavoz militar de Israel, el contralmirante Daniel Hagari, dijo el martes por la noche que las fuerzas terrestres habían llegado “a las profundidades de la Ciudad de Gaza”. El ejército dijo el miércoles que mató a uno de los principales desarrolladores de cohetes y otras armas de Hamás, pero no especificó dónde murió.
Hamás ha rechazado que las tropas israelíes han hecho avances significativos o que han ingresado a la Ciudad de Gaza. No fue posible verificar de forma independiente las declaraciones de ambas partes.
Israel está centrando sus operaciones en la Ciudad de Gaza, donde antes de la guerra vivían 650.000 personas y, donde según el ejército israelí, Hamás tiene su centro de mando y un vasto laberinto de túneles. En las últimas semanas, cientos de miles de personas han seguido las órdenes israelíes de abandonar el norte para irse al sur, aunque bombardea frecuentemente lo que califica de objetivos insurgentes en esa zona, a menudo matando a civiles.
Decenas de miles de palestinos siguen en el norte y muchos se han refugiado en hospitales o escuelas de la ONU. En esa zona no hay agua potable desde hace semanas, y la agencia de la ONU reportó que las últimas panaderías cerraron el martes por falta de combustible, agua y harina. Los hospitales se están quedando sin suministros y realizan cirugías —incluyendo amputaciones— sin anestesia, agregó.
Majed Haroun, que vive en Ciudad de Gaza, contó que las mujeres y los niños van puerta por puerta pidiendo comida mientras que los que están en refugios dependen de las donaciones locales.
Ameer Ghalban, quien empujaba la silla de ruedas de un familiar mayor por la principal autopista de Gaza, dijo que habían sobrevivido con una pieza de pan al día durante los últimos tres. “La mayoría de la gente ha abandonado su tierra porque el asedio es absoluto en Gaza. No tenemos agua, ni electricidad, ni harina”, afirmó.
La situación no es mucho mejor en el sur, donde cientos de miles de desplazados se hacinan en refugios improvisados. En un refugio, 600 personas comparten un retrete, de acuerdo con la agencia de la ONU.
Un ataque aéreo israelí impactó una vivienda familiar en el campo de refugiados de Nuseirat en el centro de Gaza el miércoles, matando a por lo menos 18 personas y causando heridas a decenas más, de acuerdo con Iyad Abu Zaher, director del aledaño Hospital Al Aqsa Martyrs, donde trasladaban a los muertos y heridos. Comentó que la cifra podría aumentar a medida que los médicos y socorristas busquen entre los escombros.
Un mes de incesantes bombardeos israelíes sobre Gaza ha dejado más de 10.500 palestinos muertos —de los cuales dos tercios son mujeres y niños_de acuerdo con el Ministerio de Salud del territorio palestino controlado por Hamás. Se cree que otras 2.300 personas están sepultadas bajo los escombros de los edificios destruidos por unas bombas que arrasaron cuadras enteras.
Los insurgentes de Hamás mataron a 1.400 personas durante el asalto del 7 de octubre que detonó la guerra y capturaron a 242 personas como rehenes. Israel dijo que 32 de sus soldados han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre y los combatientes palestinos disparan proyectiles hacia territorio israelí a diario.
AP
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