Un hombre que fue homosexual y que por años “oró” para que liberarse de tal espíritu conoció realmente a Dios cuando lo perdió todo pero lo halló a Él.
Jim Domen nació y creció en un hogar cristiano, sus padres le dieron toda la educación y el amor posible, su padre era policía y su madre bibliotecaria, y técnicamente no había nada malo en el chico que a medida que crecía se dio cuenta que los deportes y el gusto por las chicas “no era lo suyo”.
En cambio él se interesaba por el arte y el diseño pero cuanto más crecía más su gusto por las personas de su mismo sexo aumentaba, y al no tener mucho en común con su padre nunca pudo contarle lo que le sucedía y como luchó por años contra ello.
«Mi papá nunca me lastimó ni abusó de mí de ninguna manera. Era un buen hombre, un buen policía y alguien justo. Dicho esto, aunque tuvimos algunos momentos agradables juntos, es importante tener en cuenta que hacer cosas divertidas no es una forma adecuada, un reemplazo para construir una relación sana», expresó él.
La sola idea de ser homosexual le causaba tal repulsión que oraba para dejar de ser de tal manera, «Solo la idea de ser gay me repugnaba hasta la médula. Aún así, no podía discutir con los sentimientos que experimentaba. Cuando era niño, recuerdo esos momentos en séptimo grado cuando hice todo lo posible para rezar para alejar a los homosexuales», explicó.
Hasta los 10 años mantuvo el secreto hasta que le contó a sus padres acerca de su conducta homosexual, su padre que parecía muy duro estalló en llanto porque su hijo jamás les había contado al respecto; desde ese momento todo se volvió incómodo y jamás se volvió a hablar del tema.
Cuando tuvo 23 decidió abrazar la homosexualidad sin culpas y sin remordimiento, y lo que fueron cinco años “divertidos” sumergido en el libertinaje le llevó a un abismo de depresión, perdición y soledad, perdiéndolo todo después de haber confiado en uno de sus socios; un factor importante es que en esos años tuvo y mantuvo por todos los medios a una pareja que era seropositiva, ya que según él “era amor”.
Posesiones, dinero y hasta la felicidad la perdió, por lo que decidió regresar con sus padres teniendo un gran encuentro con Dios, quien se derrumbó y se levantó siendo una persona que estaba dispuesto a cambiar de estilo de vida.
“Dios cambió mi vida para siempre el 8 de junio de 2002, cuando perdí todas mis posesiones mundanas y escuché claramente la voz de Dios diciéndome que volviera a Él”, dice su testimonio en su sitio web.
“Me acosté en el suelo y dije: ‘Dios, soy tuyo otra vez’. Estaba tan destrozado que no tenía adónde ir. Dios nunca me dejó. Continuó hablándome, incluso cuando no estaba siguiendo a Dios», dijo para CBN News.
Su familia lo esperaba con brazos abiertos y lo ayudaron a sanar esas heridas de su identidad viviendo un gran cambio cuando entregó su vida a Jesús, pues aprendió que solo Dios podía darle identidad y definir quién era él realmente, «Tu tentación no necesita ser tu identidad, para cualquiera de nosotros, cualquiera que sea tu tentación, no tienes que identificarte de esa manera», explicó él.
El servicio a su prójimo y Dios primeramente le hizo abrir sus ojos, tener hambre y sed por la palabra de Dios, querer estar más en su presencia, y por medio de un estudio constante de la Biblia el amor y la paz que tanto anhelaba llegaron a su vida: estudiando teología conoció a quien hoy es su esposa y la madre de sus tres hijos.
Jim aconseja a los padres a que nunca se den por vencidos en la lucha con sus hijos y su atracción por personas de su mismo sexo, manteniendo un equilibrio entre la fe cristiana y el amor incondicional, “Encomiéndese a los brazos de Jesús y apóyese más en Él. Es solo cuando hagas esto, tendrás el amor que necesitas para tu hijo», expresó.
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Además destacó el poder de la oración de los padres hacia sus hijos, por lo que su libro se basó en las experiencias que habían tenido sus padres con respecto al proceso; su madre le compartió que sus versos favoritos en cada oración que hizo por él fueron Hebreos 4:12, Juan 14:13-14, Efesios 3: 14-21, Filipenses 1: 3-6, Colosenses 1: 9-11 y Mateo 7: 7-8.
Asimismo, recomendó a quienes luchan con este tipo de debilidad a que puedan poner en práctica estos 10 pasos:
- Lectura diaria de la Biblia y oración
- Responsabilidad regular
- Reunirse con otras personas que han superado la atracción por el mismo sexo
- Involucrarse en una buena iglesia
- Encontrar un grupo de responsabilidad
- Leer el libro de Neil Anderson, The Steps to Freedom in Cristo
- Identifique sus disparadores clave
- Vaya a Desert Stream Ministries
- Considere ir a Sexólicos Anónimos
- Encuentre un gran consejero
Hoy en día, Jim es fundador de Church United, quienes bridan cultura moral a distintas comunidades de California y así como también formar a los pastores para que visiten estados en eventos sobre el “despertar” del libertinaje actual.
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