Esperanza (MATEO 12:33)



Por el fruto se conoce el árbol

Con esta ilustración Jesús enseñó que lo que somos es más importante que lo que hagamos y digamos. Un árbol dará fruto, bueno o malo, dependiendo de lo que sea en sí mismo. Si es bueno, su fruto será bueno, y si es malo, su fruto será malo. Por ende, juzgamos un árbol por la clase y cualidad del fruto que da.

Al decir Jesús, «por el fruto se conoce el árbol», no se está refiriendo al árbol de fruto según su género, sino a la calidad del árbol que produce el fruto. La calidad, es producto de lo que el árbol es en sí mismo. Jesús quería hacer énfasis, en que si el árbol es bueno, su fruto no puede ser malo, y si el árbol es malo, su fruto no puede ser bueno.

Los fariseos querían destruir la reputación de Jesús, acusándole de ser un instrumento del mal, mediante la frase «este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios». Para demostrar la inconsistencia de tal afirmación, Jesús se valió de la ilustración del árbol y su fruto.

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